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jueves, 13 de marzo de 2014

RED GRAVIMETRICA EN PARAGUAY 1970

Nuestra colaboración en el desarrollo de redes gravimétricas con otros países comenzó con las tareas de vincular las redes de Argentina, Paraguay y Brasil. Para ello contabamos con dos gravimetros Lacoste Romberg, en prestamo del TopoCom.*. Desde dicho organismo se me solicito ver la posibilidad de desarrollar una red gravimétrica que cubriese el Paraguay. En poco tiempo arreglamos el programa que sería íntegramente financiado por el TopoCom y ejecutado con los dos gravímetros en préstamo y con operadores de Argentina.
Así llegamos a 1970, en que con Mery como asistente viajamos a Asunción del Paraguay. El tiempo total de las mediciones, a realizarse en vuelos continuos, tomaría unas dos semanas.
La primera semana la dedicaríamos a la zona oriental y la segunda a la zona occidental. En el mapa que vemos a continuación, la zona oriental está marcada en rojo y la occidental en verde.


Los relatos que siguen dan a conocer  lo ocurrido durante el trabajo.

El “veterano de Vietnam”

Volábamos en un Twin Otter provisto por el IAGS. La tripulación estaba conformada por un oficial de la Fuerza Aérea de USA que hacia de piloto y un suboficial que lo asistía pero que no iba en capacidad de copiloto.  Estábamos en la segunda etapa de la zona Oriental de la Red, que nos llevaba de Encarnación a Ciudad del Este (llamado Puerto Presidente Stroessner en aquellos tiempos). 


Durante el vuelo el Suboficial se acerco y nos comento sobre las actividades del piloto y de paso sobre su experiencia. Resulta que el piloto era un veterano de Vietnam que se encontraba de “vacaciones” mientras le llegaba un segundo o tercer turno en el campo de batalla. El suboficial que nos hacia el relato se daba también como veterano de Vietnam contándonos algunas experiencias que decía había tenido en sus turnos en el campo de batalla.
Al acercarnos a las cataratas (a pocos kilómetros de Ciudad del Este) el Piloto nos ofreció (siempre a través de su asistente) el volar sobre las mismas. Aceptamos de inmediato y pudimos así ver desde el aire el increíble espectáculo de las Cataratas del Iguazú. Aterrizamos en Ciudad del Este y luego de proceder a determinar los puntos y efectuar las mediciones, nos alojamos en el hotel previsto para nuestra primera noche de comisión. Esa noche, el piloto nos invito a cenar; nos sorprendió que no hiciera extensiva su invitación al Suboficial ya que el conjunto de los cuatro formábamos la comisión. Conversando sobre ello nos enteramos que el Suboficial no era veterano de ninguna guerra y mucho menos de Vietnam. Sus imaginarias experiencias seguramente fueron extraída de alguna de las muchas películas que tenían como tema el mencionado conflicto.

Perdidos en el aire

Volábamos desde Ciudad del Este hacia el norte. La población de destino era Pedro Juan Caballero. Ya había transcurrido el tiempo que creíamos era el total del trayecto cuando el Suboficial se acerco con una cartografía a escala 1/250.000 preguntándonos si podíamos decir, según lo que veíamos en tierra, adonde nos encontrábamos. Volábamos sobre una zona selvática donde lo único distinguible era un par de largas huellas que podrían ser caminos o desmonte para perfiles geofísicos o con otros fines.

 En una carta similar nos pedían identificar adonde nos encontrábamos.

También eran notables los desmontes naturales producidos por tornados que, luego nos informaron, eran de cierta frecuencia en la zona.
Por supuesto que no pudimos contribuir en absoluto para determinar nuestra ubicación. El Suboficial se retiro para regresar poco después a explicarnos que el piloto había perdido la señal que estábamos siguiendo para llegar a destino. Que tenia la esperanza de que apareciera una nueva señal aun cuando sea de otro aeropuerto. Mientras tanto iba a seguir en la dirección que había tenido al momento de perder la mencionada señal.
Un poco intranquilos pero sin llegar al estado de pánico, intercambiamos sonrisas nerviosas y algunas palabras sobre la majestuosa selva sobre la que nos encontrábamos; hasta nos animamos a recordar las aventuras de Tarzan.
Afortunadamente a poco vimos aparecer nuevamente al Suboficial, esta vez con una sonrisa. El piloto había hallado una nueva señal y por la intensidad de la misma no debía encontrarse muy alejada la pista de donde provenía.
Y así fue, en poco tiempo nos encontramos volando sobre una ciudad y aterrizando en un aeropuerto... que no era el de nuestro destino. Habíamos cruzado la frontera y nos encontrábamos en Brasil. 
Las autoridades aduaneras se sorprendieron de este arribo de un avión con matricula de los Estados Unidos, tripulado por militares de ese país y por un par de técnicos argentinos que operaban un par de raros aparatos que ellos llamaban gravímetros. Tuvieron que comunicarse con la embajada de USA en Rio (todavía no se habían trasladado a Brasilia) y con oficinas del IAGS en Asuncion antes de autorizarnos a levantar vuelo e ir (pocos kilómetros mas al Oeste) al aeropuerto de Pedro Juan Caballero; nuestro destino.

Piloto paraguayo... pero nacido en Hong Kong

Terminada la parte Oriental de la Red, nos cambiaron el avión y la tripulación. Ahora tuvimos un aparato mas chico con un solo tripulante: el piloto.


El joven piloto resulto que había nacido en Hong Kong, hijo de emigrantes chinos con algo de filipino.
Esta parte de la red (Sector Occidental) cubría el Chaco Paraguayo hasta la frontera con Brasil al Noreste, la frontera con Argentina al Sur y la frontera con Bolivia al Norte y Oeste. 
El primer lado de la red nos llevo de Asunción a Fuerte Olimpo en la frontera con Brasil. De allí volamos a Colonia Filadelfia; fundada por familias Amish que todavía guardaban un viejo lenguaje alemán. En la biblioteca encontramos que la mayoría de sus libros estaban en dicho idioma. 

Tiempos de guerrillas rurales

Debemos recordar que eran tiempos de guerrillas rurales. Se habían desarrollado en la zona selvática del norte Argentino como resistencia a la dictadura de Ongania. En nuestro próximo vuelo debíamos unir Colonia Filadelfia con Las Lomitas, en la Provincia de Formosa en Argentina. Partimos temprano ya que pensábamos ejecutar el loop y luego hacer una etapa más hacia Fortín Gabino Mendoza. 
Pero en lo que sería un segundo error de identificación del destino, en lugar de aterrizar en Las Lomitas, llegamos a Laguna Yema. Y en Laguna Yema nadie nos esperaba... hasta que de pronto vimos que a gran velocidad se aproximaban varios vehículos que rodearon el avión; eran policías y gendarmes. Nuevamente tuvimos que aclarar quiénes éramos, cual era nuestra misión, y mostrar la documentación correspondiente. Esperamos hasta que uno de los vehículos regresara al pueblo para comunicarse con Las Lomitas y verificar lo que declarábamos. Así perdimos un par de horas y con eso la probabilidad de cubrir en ese días dos etapas de la Red. Apenas si tuvimos tiempo para medir en las Lomitas y cerrar el loop en Colonia Filadelfia. 

Mery anotando los valores obtenidos. Los Lacoste Romberg del TopCom al lado.

Fortín Gabino Mendoza

Pero la sorpresa mayor la tendríamos en este punto. Realmente en 1970 era un Fortín. Solamente las instalaciones para la dotación de un oficial y dos soldados. El oficial nos informo de que se encontraban allí por la movilización de algunos miembros de una tribu que habían asesinado a un Ministro Baptista de una misión cercana. Que el había hecho el viaje hasta el Fortín en una moto de su propiedad por verdaderas huellas impasables. En cuanto los soldados, habían tenido que llegar caminando. Esta fue la razón que dio explicando por que los soldados estaban en pata...
Mas allá de la franqueza y los limitados medios del Teniente, nos encanto que no hubo ni sorpresa, ni pregunta alguna por esta llegada inesperada de forasteros en avión y con extraños aparatos. El Fortín se halla cercano a la frontera con Bolivia. Fue un punto estratégico durante la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia en la década del 30'. Por lo que pronto encontramos numerosas huellas de los combates ocurridos en el área. De las numerosas municiones o parte de ellas, restos de armas, etc., elegimos una pequeña bomba aérea de la época sin explotar.  Sería un exótico arreglo en nuestro departamento en Buenos Aires... al menos así lo pensábamos al subirlo al avión.

Camiri

Era el punto a medir en Bolivia; con ello vinculábamos este país con la red de Paraguay. Recordemos que en el 1967 había tenido lugar, en la región cuya cabecera era Camiri, la caza y finalmente asesinato del Che Guevara.  El lugar no daba para mucho pero era mucho más que el deprimente Fortín del que veníamos y al cual íbamos a regresar.

Mery, los aparatos y un pibe. 

Final Feliz pero...

El trabajo se finalizo sin inconvenientes mayores. El regreso a Asunción no tuvo otro acontecimiento que el que produjo la noticia de que traíamos una bomba en el avión.
Nos esperaba en la capital Guaraní un Coronel, viejo conocido y amigo (nacido en Cruz del Eje); tan pronto le mencionamos lo de la bomba puso cara de sorprendido y preocupado. Aparentemente muchos como nosotros volvían del Chaco con este tipo de "recuerdos". Y algunos habían perdido la vida por la explosión de dichos "recuerdos".  Tuvimos que entregarle la bomba y esperar los resultados para saber si la misma contenía todavía (pasadas tres décadas) explosivos vivos. 
Tiempo después supimos el resultado: al ser probada, la explosión dijo de lo bien que se había conservado.

* TopoCom o Topographic Command (TopoCom) de Washington. Una de sus comisiones estaba midiendo con seis gravímetros Lacoste Romberg una línea que nacía en USA, seguía por varios países de América Latina y terminaba en Australia. En Argentina fueron atendidos por la Sección Gravimetría del Instituto Geográfico Militar. En la oportunidad se les dio a conocer las actividades que veníamos llevando a cabo en  colaboración con el Bureau Gravimetrique International, las mediciones realizadas en el viaje al Polo Sur y el cubrimiento existente con mediciones sobre la red de Nivelación de Alta Precisión. El interés demostrado por lo técnicos visitantes, por nuestra actividad gravimétrica, resulto en un préstamo sin condiciones de dos gravímetros Lacoste Romberg que arribaron al país en 1968. Bueno, sin condiciones pero sabiendo que debíamos continuar con nuestra activa participación en lo referente al cubrimiento gravimétrico y a la colaboración internacional imprescindible para una mejor conocimiento geodésico del planeta.
Durante la Asamblea General del IPGH realizada en Washington DC en 1969, tuve oportunidad de conocer las oficinas del TopoCom, adonde se hallaban trabajando en el cálculo de compensación de la red geodésica Argentina, dos técnicos del Instituto Geográfico Militar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola. Me encantó su nota, más teniendo en cuenta que soy un docente y que trabajé mucho en zona de frontera, en Las Lomitas, Formosa. Trabajando con alumnos adultos en la Alcaidía, (privados de su libertad) uno de ellos me contó lo que le sucedió algo parecido a Uds. Vivía en la zona limítrofe del río Pilcomayo y también solían vivir al otro lado del río, en territorio paraguayo, en donde se desarrollaron los combates de la guerra del Chaco. Uno de ellos llevó a su casa un proyectil de mortero que habían encontrado en esos lugares (había muchísimo material del guerra descartado). Lo utilizaban como uno de los soporte para sostener una gran olla en el fogón en donde se reunían diariamente. La olla descansaba sobre dos barretas de hierro y directamente sobre el fuego; El mortero junto a otros ladrillos apilados servían de apoyo a las barretas. O sea que el mortero no estaba en contacto directo con el fuego pero sï recibía mucho calor. Así lo utilizaron a ese mortero por muchos años. Una mañana de invierno,como era de costumbre, toda la familia se reunió alrededor del fogón; eran alrededor de nueve personas. Luego todos se retiraron del fogón para cumplir con sus faenas rutinarias y cerca de las 9 Hs se produjo una gran explosión. Había detonado el proyectil. O sea que aun se mantenía activo a pesar del tiempo al igual que el proyectil que Uds. llevaron de recuerdo de la zona del Chaco paraguayo. Además del susto el árbol en donde estaba el fogón quedó lleno de metrallas y se levantó gran polvareda de tierras y cenizas.
Saludos