OVIEDO, EN EL REINO DE ASTURIAS

Finalmente llegamos a Oviedo, adonde encontramos a Polo. Él nos sirvió de guía dado que ya lleva un par de meses en el lugar. Así visitamos la ciudad vieja: Catedral, Universidad, plazoletas, etc. En el parque principal de la ciudad nos encontramos con Mafalda. Si, Mafalda de Quino. Tiene una escultura sentada (como en San Telmo) en un hermoso lugar del parque. Recordemos que hacía poco le habían dado a Quino el premio Príncipe de Asturias.

Luego de un día de recorrida urbana, al siguiente nos fuimos a “La Senda del Oso”. Un paseo para bicicletas y peatones que serpenteando va ingresando en valles y sierras al Sudoeste de Oviedo. El Polo lo hace suyo tantas veces como puede.

Veamos las fotos de estos paseos.

Antes de llegar a Oviedo nos encontramos con esta explotación de un cerro. La foto lo dice todo.

Aquí está el primogénito con su moda asturiana...

...y la mami recontenta...

..aquí queriéndose subir a una escultura.

Y finalmente tuvimos un dia de lluvia...

Mery con Mafalda en Oviedo. 

Y Mafalda tiene mucho público; todos quieren sacarse una foto con ella.

Anchas veredas con kioskos de todo un poco; el primero vende Castañas Asadas.

El frente de una hermosa y barroca iglesia. Estabamos caminando en busqueda de la Catedral y los lugares secretos de la histórica Oviedo.

Aqui está Mery con una de las numerosas esculturas que encontramos en las calles, plazas y parques.

A pesar de la antiguedad, la ciudad presenta numerosos claros; anchas veredas, incontables plazoletas y parques.

Otra escultura y sigue la lluvia.

Al fondo ya se ve la Catedral.

La Catedral de Oviedo.

Y el paraguas y nuestro guía nos acompañaron todo el día.

Si agrandan la foto podrán ver la escultura de Ana Ozores, el personaje creado por Leopoldo Alas "Clarin" para su novela La Regenta. Se encuentra frente a la Catedral.

Monumento a Alfonso II, El Casto; atrás, en los Jardines de los Reyes Caudillos de las Monarquia Asturiana, se alcanzan a ver sus esculturas.

Otra vista de la Catedral. Luego de esta visita, buscamos llegar a la Universidad de Oviedo.

Una de las tantas calles peatonales con un arco al fondo.

Y siguen las esculturas con Mery y su paraguas siempre presente..

Otra más y van...

Es una fortuna caminar esta ciudad por la cantidad de areas peatonales.

Y llegamos a la Universidad. Me recordó al colegio Monserrat en Córdoba.

Un rincón de la Universidad.

Y otra escultura y Mery y el paraguas nos indica que sigue la lluvia... esto parece Portland!

Balcones floridos con entorno colorido.

En una feria, esculturas de feriantes.

Una tipica calle de la ciudad vieja.

La plazoleta del paraguas.

Y otra escultura y de vuelta el paraguas...

Después de tanto caminar y mojarnos, bien viene una sidra...

En la sidreria, entre jamones, vinos y asturianos.

Al dia siguiente nos fuimos a la "Senda del Oso". Por lo frio y otras consideraciones, seguimos la senda en auto...

Esta arboleda nos dice del clima que goza esta ciudad.

Ya en la senda, bastante angosta para un auto pero todavia transitable, encontramos esta colorida casa... de las cuales veremos muchas en el transcurso del paseo.

Seguimos por la senda penetrando en un bosque.

Estamos bordeando el rio Nalón, al que seguimos mientras nos introducimos en su valle.

Feliz de estar viajando...

 Un par de fotos de la zona.

Estamos a punto de llegar adonde la carretera va por un lado y la senda de bicicletas y peatones va por otro. 

El hermoso valle que llegará a convertirse en el desfiladero del Teverga.

Y seguimos en la Senda del Oso.

Seguimos subiendo...

Ya estamos en el desfiladero y se acerca el área con nieve.

Como es hora de almuerzo... regresamos hacia Oviedo.

Uno de los tantos pueblitos de la zona.

Se puede ver una construcción más antigua que sirve (o servía) para aislar los granos de roedores y la humedad.

Asi llegamos al pueblo de Proaza.

Las tejas y el farol...

Más carteles que ayudan al caminante...

Finalmente el destino elegido para almorzar: Restaurante L'esbardu (el oso en asturiano).

Ingreso al restaurante que tiene la particularidad de que uno de los propietarios es de... Bahía Blanca.

Y así es, llegamos al final del paseo para encontrarnos con El Pibe. Asi le llaman por estos pagos. Lo paradojal es que cuando estaba en Bahía le llamaban.. El Gallego! Sin considerar la nacionalidad, ni los tangos que escuchábamos mientras almorzábamos, debo decir que la comida era excelente, abundante y muy bien presentada. Paseo redondo; hermosos paisajes con final de tango y comida asturiana.

Mañana visitaremos Gijón y pueblitos cercanos... esta vez sobre la Costa Verde del Mar Cantábrico.

OBSERVACION: Aquellos interesados en información sobre hoteles, restaurantes, rutas, etc. favor solicitarla por esta vía.